El triunfo contundente de México en el primer partido del repechaje es suficiente gasolina para que la maquinaria mediática camine hasta el mundial.
Las cosas como son: México por fin salió con un sistema de juego, con el equipo teniendo una idea clara de lo que se tenía que hacer. Fue agresivo desde el principio y con control de balón hasta el final. Un gran Layún dio mucha movilidad por la banda izquierda y por supuesto Oribe Peralta sigue demostrando que está en su momento estelar. Es grato ver como se festejaron los goles, el buen ambiente que se ve de la banca hacia el campo y viceversa. Fundamental esa actitud del Piojo de absorber la presión en las salas de prensa y exponer a los jugadores como protagonistas únicamente en el campo de juego. La afición como siempre, siempre fiel.
Las cosas como son: Nueva Zelanda no jugó a nada, ni atacó ni defendió. No tuvo el balón ni hizo méritos para recuperarlo. No hubo ni siquiera las fundamentales marcas personales. Más altos y fuertes que los mexicanos se achicaban en los centros. Al ataque, efectividad del cien por ciento, un solo remate a puerta que terminó en gol. Los kiwis no pudieron con su primera experiencia en el Azteca. No tenía ni nivel de CONCACAF.
Las cosas como son: México (a menos de que pase una catástrofe) estará en el mundial. Se ganó el boleto, pero seguimos con la misma pregunta ¿A qué vamos? Queda la felicidad de ir a la fiesta mundialista, pero queda la incertidumbre de saber cuál es el nivel que tenemos, de cual será nuestro papel. Nueva Zelanda representó únicamente una escala de 30 horas para recuperar la confianza mientras encontrábamos el rumbo para ir a Brasil.
Quedan ocho meses para armar un equipo competitivo, con identidad y personalidad propia, ocho meses para encontrar una alineación con mexicanos y “europeos”, ocho meses para hacer una selección que pueda jugar contra selecciones que llevan procesos completos. El quinto partido hasta ahora es un sueño imposible.
Por lo pronto con el 5-1 se aseguró el negocio de los patrocinadores, se venderá la verde como pan caliente, los jugadores y el Piojo bailarán “Aquí está el Tri” y se jugará con las esperanzas de millones, suficientes para que la carcacha siga caminando.
Por Roberto Nájera Reyes
Yo sigo pensando que no tiene México el nivel para ir al mundial, pero bueno…